Recuerdo el día que leí el libreto por primera vez… quedé enamorada. Más enamorada de lo que podía estar, sabiendo que la obra trataba de una de mis Divas interpretada por otra de ellas. Ambas, dignas y grandes merecedoras de admiración. Así, a pesar de compromisos previos no pude evitar el sumergirme en este mundo nuevo que me ofrecía el Teatro. “Pero es que yo no soy actriz, yo lo que soy es cantante” citando a Sharon.
Llegué a la primera lectura, y fui sorprendida con que íbamos a tratarlo al revés, yo leería el otro personaje. Nervios… cambios… Leí y de inmediato entendí que este nuevo personaje no sería muy fácil para mi. Tan diferente a mi... tanto como que ella es Piscis… Yo soy Leo.
Después de esa primera impresión, ya en mi casa, me senté y leí nuevamente… y ahí caí: cuanto voy a aprender de ti Sophia…
Cada día era y aún es un nuevo reto. Días en los cuales con empeño, no tomé el NO como opción. Días en que me dediqué y aún me dedico a aprender todo lo posible de estos grandes maestros con los que he tenido la dicha de trabajar en estos 2 meses. Me subí en un tren donde mi inexperiencia era una desventaja, la cual, con el apoyo y constancia se ha convertido en ventaja. Cada obstáculo se convirtió en una prueba que superar para llegar a la meta y no defraudar ni a mis compañeros, ni a mi. A ese gran director que creyó y confió en mi, que me ha enseñado tanto en tan “poco” tiempo. Que me exige cada día a ser mejor. Que nos da libertad creativa. Que cree en cada uno de nosotros.
Y tener la dicha… la gran dicha de trabajar, conocer, compartir, con alguien a quien admiro y respeto profundamente, alguien que más que una Diva es La Divina, devolviendo a la vida a otra Divina, de manera simplemente magistral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario